Mudanza

Estos días estoy de mudanza, y quería escribir un relato sobre esto mismo, lo que supone cambiar de casa, de vida, y cómo en el proceso de empaquetar cajas y revolver cajones y cajas de cartón, salen recuerdos, recortes, entradas de conciertos, toda una serie de souvenirs, a veces inesperados, que nos recuerdan que tuvimos otras casas, que habitamos otras vidas y nos perdimos por otros mundos, y que todavía nos queda mucho por vivir, no sé si por suerte o por desgracia. Y pensé en un fragmento del Quijote (en el cap. XXVII), que utilizó precisamente Cristóbal Halffter para una excelente obra electroacústica. El texto es distorsionado y roto, y sólo al final se puede escuchar completo y en orden. Me gusta esta combinatoria sobre asuntos tan terrenos. Ahí va el texto:

¿Quién menoscaba mis bienes?
Desdenes.
¿Y quién aumenta mis duelos?
Los celos.
¿Y quién prueba mi paciencia?
Ausencia.
De ese modo, en mi dolencia
ningún remedio se alcanza,
pues me matan la esperanza
desdenes, celos y ausencia.

¿Quién me causa este dolor?
Amor.
¿Y quién mi gloria repugna?
Fortuna.
¿Y quién consiente en mi duelo?
El cielo.
De ese modo, yo recelo
morir deste mal estraño,
pues se aumentan en mi daño
amor, fortuna y el cielo.

¿Quién mejorará mi suerte?
La muerte.
Y el bien de amor, ¿quién le alcanza?
Mudanza.
Y sus males, ¿quién los cura?
Locura.
De ese modo, no es cordura
querer curar la pasión,
cuando los remedios son
muerte, mudanza y locura.

¿No son geniales estos versos de discretos cortesanos? ¿no es como un milagro escuchar, inesperadamente, una voz a solo, en mitad de un campo, o en plena ciudad?

Alegrías

Me gusta la anécdota que cuenta Loriana en un comentario de un anterior post, sobre Gisela May cantando con el Berliner Ensemble.

Me gusta mucho cómo interpreta Teresa Stratas a Kurt Weill (aparece también en ese álbum dedicado a él, September Song).

Me encanta ese vinilo del que ya hablé, el de Falla por Gonzalo Soriano y Fruhbeck de Burgos. Las dos danzas finales, la ritual del fuego de El amor brujo, y la danza nº 1 de La vida breve, son el remate perfecto para un disco antológico.

Extraordinario libro de Sebald, el que acabé anoche, perdiéndome Noticias Cuatro, pero en esos momentos, el libro era mucho más importante que las miserias del mundo.

No sé cómo te lo voy a decir: no tengo palabras, y los sonidos son cada vez más tibios, carecen de la fuerza de antaño; o tal vez sea yo el que ha perdido la fuerza.

Alegría

Gonzalo Soriano tocando el Concierto para clavicémbalo de Manuel de Falla, acompañado por otros músicos señeros, en un disco que también contiene otras obras dirigidas por Frühbeck de Burgos. He escuchado este concierto "neoclásico" en otras versiones, pero sin la magia de ésta. Otro hallazgo del Rastro de los domingos.



Y el otro que me compré (con otra portada, de la serie Classics for Pleasure de EMI).