Wednesday, February 20, 2008

El sexo es un espejismo

Lo sexual tiene un fin próximo y banal: el goce, forma inmediata de satisfacción del deseo.

¿Qué ocurre con un "deseo que pasa íntegro a la demanda"? ¿Se trata aún del "deseo" de la mujer? ¿No es ésa una forma característica de locura, que tiene poco que ver con una "liberación"? ¿Qué es esta configuración nueva, y femenina, de una demanda sexual ilimitada, de una exigencia ilimitada de goce? En efecto, ése es el punto límite en el que se precipita toda nuestra cultura --y oculta, Roustang tiene razón, una forma de violencia colectiva infrasuicida-- pero no sólo para el hombre: para la mujer también, y para la sexualidad en general.
(Baudrillard, De la seducción, cap. La eterna ironía de la comunidad).

Liberación sexual. Surgimiento de la industria pornográfica. De Esplendor en la hierba a Garganta profunda.



Había una ironía poderosa de lo femenino en la seducción, hoy hay otra tan poderosa en su indeterminación y en esta ambigüedad que hace que su promoción en tanto que sujeto se acompañe de un recrudecimiento de su estatuto de objeto, es decir, de una pornografía generalizada.
(ídem).

La liberación sexual no tiene límites. Como esa continuidad y esa disponibilidadd utópicas sólo puede encarnarlas el sexo femenino, se produce la feminización de la sociedad.

En efecto, estamos en una situación sexual original de violación y violencia --violencia ejercida sobre lo masculino "infrasuicida" por el goce femenino desencadenado. Pero no se trata de una inversión de la violencia histórica ejercida sobre la mujer por la fuerza masculina. Se trata de una violencia de neutralización, de depresión y de derrumbamiento del término marcado ante la irrupción del término no marcado. No es una violencia plena, genérica, sino una violencia de disuasión, la violencia de lo neutro, la violencia del grado cero.
La pornografía también es así: violencia del sexo neutralizado.
(idem).

En política, asistimos a una fascismo femenino, un fascismo muy sutil que habla de libertad y de "apertura democrática" en Cuba (que quiere decir: ábrete de piernas de nuevo para que te folle Estados Unidos, Cuba como prostíbulo del Imperio, el "patio trasero" a noventa millas de Miami). Por eso, no es extraño (pero los otros, los asentados en esa feminización, hablan casi de terrorismo) que los jóvenes radicales de extrema izquierda griten FASCISTAS FUERA DE LA UNIVERSIDAD.

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