Tuesday, February 05, 2008

En la tierra de los sueños

Qué sonidos serán los que escuchamos a veces, tan nítidos, tan vibrantes, en mitad de un sueño venturoso. Parece que todo fuera perfecto, ese mundo del otro lado, la tierra de las sombras y sin embargo llena de los colores más extraños, intensos y beatíficos.

Cuando escuchamos esa música que parece provenir del interior de las cosas, que alcanza nuestro oído místico por así decir, es cuando realmente podemos decir que estamos en el paraíso. A veces he soñado, en momentos de serena calma, de intenso transporte erótico, que una voz cristalina cantaba allá en lo alto de la montaña, que se regocijaba en extraña lengua, porque la voz de la felicidad no puede ser humana.

Y siento tan inmenso júbilo, la música, el sueño, las risas hace un rato, los malentendidos, incluso los miedos del otro lado me reconfortan, me abandono en los brazos de esos sonidos, me dejo acariciar, es como estar de nuevo en esa esfera de paz de antes del nacimiento, cuando no era posible la perturbación que es la vida.

Como decía Cioran, lo que no es música no merece la pena, todo es odio ruido infierno, desidia hartazón, pesadez, la pornografía cotidiana.

A veces me despierto, recupero la maldita y bendita conciencia, estoy en la oscuridad y sin embargo sé que he vuelto, al mundo de las preocupaciones, al mundo de los grises al mundo donde todo suena sin armonía. Y echo tanto de menos el mundo de las sombras y los sonidos coloreados...

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