Thursday, April 21, 2005

Vagabundeando

Y los niños, los niños se ponen a buscar pornografía en la Red, y nadie dice nada... los niños son más listos... generación arrrgghhhhh....

El Rastro: lo más preciado deja de venir, y ya no sé hasta cuándo.

En CUDECA, un libro, una antología de terror, que tal vez me hubiera venido mejor en otra época: H. P. Lovecraft's Book of Horror, editado por Stephen Jones y Dave Carson (que es a su vez el ilustrador), Robin, Londres, 1994. Se inicia con el ensayo (que leí hace tiempo, en la edición de bolsillo de Alianza) "El horror en la literatura", y luego aparecen relatos de autores del siglo XIX que el maestro de Providence menciona en su ideario.

Otra tienda benéfica, perteneciente a la Iglesia Anglicana, ahí encuentro discos de hace tiempo y de procedencia inglesa, ya sabemos: de Classics for Pleasure, de Decca, etc. John Ogdon, extraño pianista. André Previn entusiasmado con Duke Ellington. Jesucristo Superstar, ¡el musical! (también en el Rastro, Hair, aquella película delirante). Antonio Carlos Jobim, por él mismo. Villa-Lobos pianístico, en versión de Kostalanetz (?¡).

Un montón de números de hace años de National Geographic, me harto de mirar fotografías, de leer pie de fotos, miro reportajes sobre Cuba, sobre lobos-y-perros, sobre pueblos africanos dorados, sobre Marruecos (con fotos maravillosas de un autor de Magnum), y hasta un especial sobre los hermanos Grimm, que imita aquellos viejos libros de cuentos, de nuestra idílica y lejana infancia.

En estos días por fin soleados, en que ya se empieza a notar el sudor, sentado en una plaza, mirando a la gente que pasa, mujeres que se aligeran de ropa, una chica que lleva un vestido blanco que transparenta casi toda su ropa interior, tan breve, tan vulgar, otra que lo mismo, pero más temprano, la carne, ya no me interesa, eso eran otros tiempos... ahora desearía... otra cerveza, y que me olvides, que me olvides, por favor.